Al salir del baño, el niño seguía sentado en ese sitio, lo salude y le pregunte que quien era, que porque estaba ahí, solo me miro, sonrió, se levanto del escalón y bajo caminando al segundo piso, por supuesto lo seguí, intrigado por ver para donde iba y si, desapareció ante mis ojos.
Esa fue la primera de muchas veces que lo vi, era bastante juguetón, de hecho, mis compañeros de Universidad sabían de su existencia y me preguntaban por él, cierta noche iba a salir con unos amigos a dar una vuelta y uno de ellos estaba sentado en un sillón frente al baño, mientras yo me lavaba los dientes, me preguntó acerca del niño, si había vuelto a verlo o no, y lo vi, sentado en el brazo de la silla, junto a él, riéndose, le dije que estaba a su lado y se puso muy pálido, el niño y yo, solamente reíamos.
Por alguna extraña razón siempre he tenido afinidad para los niños, en especial para sus espiritus.
Igual en mi habitación, en el closet de esa habitación, había una presencia también, que en las noches que dejaba el closet abierto no me dejaba dormir, pues hacia mucho ruido, como si le molestara mi presencia de alguna manera, pero si cerraba la puerta, dormíamos en paz. Si metía la mano al closet se sentía demasiado frío.
Hasta aquí sucedían cosas esporadicamente, después de haber empezado a estudiar artes escénicas, esas habilidades o la percepción se intensifico.
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