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sábado, 14 de julio de 2018

Niño fantasma en Pomona

Cuando mi hermanita se mudo a vivir y estudiar un pre-universitario en Popayán, vivió en un aparta estudio de una habitación en el sector de Pomona, junto a un primo y a varios de sus amigos, quienes mantenían mucho tiempo allá. En algún momento, tuve la oportunidad de ir a visitarla, para conocer Popayán y ademas para acompañarla a Medellín a presentarse a la Universidad de Antioquía.

Llegué a su apartamento, muy normal, algo cansado después de estar viajando todo el día, salude a todo el mundo y empezamos a hablar sobre lo que haríamos esa noche. Cuando vi que paso una sombre corriendo por la puerta, pensé que habría algún niño, entonces en tono de broma le dije a mi hermana que si era que tenía algún admirador menor de edad y me dijo que no, que en el edificio no vivían niños, pero que si habían estado sucediendo cosas raras.

Por ejemplo se escuchaban los platos en la cocina, como si alguien los estuviera usando, aún cuando todos estaban en la habitación, alguna que otra vez, los platos se caían. También se escuchaba como si hubiese alguien corriendo por el pasillo pero que en términos generales, no le daba miedo, pues sentía que era alguien muy infantil.

Esa noche salimos, conocí muchos sitios de Popayán, me enamore de sus paredes blancas, de su clima frío, de sus noches húmedas y frías, de toda su historia y de toda su actividad paranormal. Fuimos a dejar a una amiga de mi hermana al sitio donde vivía y en un puente que comunica dos barrios, vi a dos mujeres, que se veaian con su rostro y cuerpos quemados, se lamentaban demasiado, pero no tenían ningún intención de establecer comunicación, solo estaban ahí. Al regresar al apartamento después de haber estado un rato en el Pueblo Patojo, vi un niño parado al final del pasillo, les dije que entraran a todos y hable con él, me dijo que se llamaba Miguel, pero prefería que le llamaran Miguelito, un niño muy simpático y juguetón, enamorado de las niñas que vivían en ese apartamento.

Miguelito decía que prefería vivir ahí, que en cualquier otro sitio, que le encantaba la gente que estaba ahí y que cuando se aburría, le gustaba mover cosas y ver las reacciones de las personas.

Mi hermana se mudó y nunca supe qué pasó, pues jamás quizo que lo ayudara. Si alguien visita ese sitio, llámenlo y pregúntale qué quiere, quizá obtengan algo de actividad paranormal, pues le encanta que lo vean.

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